Cada mañana, antes de iniciar las labores de campo, un grupo de jóvenes estudiantes, de manera espontánea y sin discriminación se reúnen en el área conocida como el bosquecito o “el arboretum de la ENCA” para compartir una oración. No sé cuánto tiempo hace que realizan esta práctica especial, pero cuando la veo me contagia a mi también de un sentimiento de gratitud a Dios. A mi juicio, es admirable y creo que esa disposición de dar gracias a Dios por cada día, debe perdurar a lo largo de la vida.
Muchachos: que la oración que ustedes realizan sea como una bebida espiritual de paz, conformada por los siguientes ingredientes: fe, valor, verdad, humildad, compromiso, sinceridad y disposición. Que tenga la sabiduría de aceptar cada día como un regalo de vida que Dios nos da y la esperanza de vivir el día a satisfacción, de aprender algo y de ayudar a alguien, que tenga la sencillez de elevarla como cada uno es, no rebuscando expresiones sino simplemente dejando salir lo que hay dentro de cada quien…
Rony Salazar
Rony Salazar
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